En estos días se conmemora el centenario del hundimiento del barco más famoso de la historia, el Titanic, hundido en aguas del Océano Atlántico en 1912.
Aún hoy se habla de "el
mayor naufragio de la Historia de la navegación", aunque siempre se olvida
el trágico naufragio del Le Joola.
Le Joola fue un transbordador propiedad del gobierno de Senegal que
hacía la ruta regular desde Dakar hasta Ziguinchor.
El 26 de septiembre de 2002,
durante una tormenta, se hundió enfrente de la costa de Gambia dejando 1.863
muertos y tan solo 64 supervivientes.
Quedaron siete horas en plena
mar, muriendo por no aguantar más tiempo nadando, en total desprotección: el
accidente se produjo por la noche y hasta el día siguiente no se dio la alarma
del accidente. Sólo aguantaron quienes más resistieron.
Parece ser que el motivo del hundimiento, a parte de la tormenta, se debió al exceso de pasaje, pues el barco sólo tenía permitida una cuarta parte de pasajeros del que regularmente transportaba.
Hubo víctimas de once
nacionalidades, entre ellas de Francia, Bélgica y España. La lista de
desaparecidos no se pudo establecer hasta mucho después, ya que, entre otras
razones, los niños no estaban incluidos en la lista de pasajeros. Tan solo
pudieron rescatarse 551 cadáveres.
Hoy en día, el barco se
encuentra hundido a 20 kilómetros de la cosa y a 19 metros de profundidad. Ni
la mayoría de los cuerpos ni las pertenencias fueron rescatados.
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