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Mientras contemplo hoy el mapa del continente africano, se detiene mi mirada en una minúscula mancha de color marrón, situada en la parte sur del mismo, concretamente rodeada por la gran Sudáfrica. Esta mancha es un diminuto país llamado Suazilandia, país gobernado por el rey Msuati III, último monarca absoluto del África subsahariana. Suazilandia posee varios records, como por ejemplo, que se le adjudique la esperanza de vida más baja del mundo, con tan solo 32,62 años. Suazilandia es pobre, muy pobre. Sólo el 59% de la población tiene acceso a unas adecuadas instalaciones sanitarias, y el 50% al agua potable segura.
Eso si, el rey Msuati III es rico. Muy rico.
Y es curioso. Cuando tratas de buscar información sobre este monarca, no aparecen noticias suyas relacionas con política, encuentros internacionales o visitas de Estado. La información que aparece casi siempre trata de las ceremonias anuales para elegir nueva esposa (creo que ya tiene 14). Esta ceremonia anual, llamada “Baile de la Caña”, se ha usado desde 1999 para elegir a las nuevas novias entre miles de bailarinas vestidas con poco más que abalorios y las tradicionales faldas.
Vestidas con faldas cortas adornadas con cuentas y coloridas bufandas y llevando machetes, las chicas cantan tributos al rey mientras marchan alrededor del estadio real, flanqueadas por supervisores varones vestidos con taparrabos de piel de animal.
Los críticos dicen que Msuati III, que ha desatado la controversia por su lujoso estilo de vida mientras que dos tercios de sus súbditos viven en la mayor miseria, establece un mal ejemplo al fomentar la poligamia y el sexo adolescente en un país donde el 40 por ciento de los adultos viven con VIH.
Y algunos dicen que el Baile de la Caña, que tradicionalmente se realizaba para celebrar la feminidad y la virginidad, se ha convertido en poco más que un escaparate para las jóvenes esposas en potencia del rey.
Curiosamente, en septiembre de 2007, un ciento de estudiantes madrileños participaron en un viaje a África, organizado y financiado por el Gobierno de la comunidad que preside Esperanza Aguirre (PP). El periplo incluyó la asistencia a un acto del Baile de la Caña en Mbabane, capital de Suazilandia, presidido, of course, por el rey Msuati III. El rey Msuati elige a su concubina y … ¡¡¡Y el resto de las vírgenes son repartidas entre los varones asistentes a la ceremonia !!!
Díos mío, ¡que cosas permite la católica Aguirre!
5 comentarios:
¿Y no eligieron a Esperanza Aguirre como nueva esposa? No sabe lo que se pierde ese rey.
La verdad es que tan solo por haber leído lo que has escrito me da asco verle la cara a ese hombre.
Y de Aguirre me espero cualquier cosa, soy de Madrid y sigo sin entender porque está donde está.
O será que no quiero entenderlo.
Un beso fuerte Mario.
No es para reirse, pero desde luego, ¡cómo está el mundo! Luego vienen las revoluciones, devastaciones y demás... Pero es que el mundo está loco, loco! ¡de remate!... Desde luego, ¡vaya elementos hay por el mundo! ¡poca vergüenza!
Y hombre... jajajaj!... No me imagino yo a este elemento casado con la Esperanza... jajajaj!!!...
En todo caso, Mario... ¿qué pasó con las chavalas de esa excursión? jajajaja! joer!... No es por nada... pero ¿la Espe no organiza viajes de chicos a esos acontecimientos? jajajaj!!!!
En fin! Triste la situación y fatal que la Espe se dedique a financiar estas excursiones...
Luego criticaron a la vicepresidente pq saludó a un bígamo...! que fácil es escandalizarse con lo que hacen los demás, claro.
A mi estas cosas me indignan. El que un reyezuelo viva como un millonario mientras su pueblo muere de hambre. El otro día vi por la tele un reportaje sobre un presidente africano que ha copiado la basílica de San Pedro... y allí la tienes, en medio de la nada, millones y millones enterrados en una obra faraónica e inutil.
En fin. Bezos
Yo creo que Doña Esperanza no tenía ni idea de dónde estaba Suazilandia. Tal vez oyó 'Disneylandia' y pensó, bueno que vayan los niños... qué mujer.
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