Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, es una ciudad de unos 10 millones de habitantes. También es una ciudad conocida por el caos de su tráfico y la gran cantidad de policías corruptos que patrullan las calles. Por ese motivo, se han querido convertir en una de las capitales más modernas del mundo, al menos en cuestión de servicios.
Las autoridades han instalado
robots humanoides que son policías y están encargados de dirigir el tráfico,
así como ayudar a los conductores y peatones a atravesar las calles de la
ciudad de una forma más segura.
El objetivo que persiguen las autoridades con su instalación es facilitar el tráfico de viajeros y reducir el número de accidentes en una ciudad con tanto tráfico.
En palabras de Vale Manga Wilma, presidente de la
Comisión Nacional para la Seguridad en la Carretera, "se trata de una innovación en el ámbito de la seguridad en la
carretera. El tráfico es un gran problema en hora punta. Con la inteligencia de
los robots, la seguridad en la carretera es mucho más fácil".
Los altos robots, construidos
de aluminio y acero inoxidable, funcionan con la energía proveniente de paneles
solares y están equipados con cámaras de seguridad que graban todo el tráfico.
Trabajan las 24 horas y están programados para poder hablar guiando así a los
peatones cuando éstos necesitan cruzar la calle.
¿Conseguirán también estos
robots reducir la plantilla de policías?
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