El presidente y dictador de Gambia, Yahya Jammeh, dice tener poder concedido por el Dios Supremo para curar enfermedades con hierbas.
Por ello, ha colocado una
pequeña clínica, llamada Kanilai, en
el puerto pesquero de Bakau (Gambia).
Desde su apertura en 2007, el programa del presidente asegura haber tratado con
éxito a 500 personas con VIH/SIDA y haber conseguido que 2.700 mujeres estériles
tengan hijos. Por supuesto, muchos de estos niños nacidos son bautizados con el
nombre del dictador.
Cuentan que, además del SIDA y
la infertilidad, con estas hierbas trata y cura la malaria, el infarto cerebral
y la diabetes.
Por supuesto, la comunidad científica internacional no tiene
noticia de los supuestos tratamientos milagrosos. Para la ciencia, el SIDA
sigue sin tener cura.
El dictador ha colocado a familiares en su laboratorio de experimentación con seres humanos y lo ha blindado a la prensa. En su interior, unos 30 pacientes, convertidos en cobayas humanas, reciben como único tratamiento infusiones y ungüentos de hierbas contra sus enfermedades graves y potencialmente mortales.
Yahya Jammeh,
el presidente y dictador de Gambia, es un analfabeto inculto que se pone muchos
títulos, como doctor profesor jeque, etc. Pero pese a las atrocidades que
presuntamente comenten en la clínica Kanilai,
la comunidad internacional guarda silencio.
El dictador se vende como un
musulmán devoto. Sostiene que todas las personas que acuden a su clínica son
tratadas gratis, sin importar la raza, la etnia, el género, la religión, la
nacionalidad, su tribu o afiliación política. Sin embargo, es de todos sabidos
su lucha encarnecida contra los homosexuales: "Vamos a luchar contra estas alimañas llamadas homosexuales de la misma
manera que luchamos contra los mosquitos que causan la malaria, o con mayor
agresividad" -dijo en un discurso televisado.
Información por cortesía de
Miguel Ansede
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